El leísmo se refiere al uso del clítico neutro le, como cuando lo escribimos en las cartas (le saluda, le felicita, le desea, etc.), en vez de la o lo saludo. Eso, a MUY grandes rasgos, es una dimensión de lo que se conoce como leísmo.
Decía la lingüista María Vaquero que el le y la confusión de los clíticos vienen desde el latín vulgar. Incluso, “le se siente más alejado e impersonal y, por lo tanto, más cortés”.
El detalle, de acuerdo con Vaquero, es que este leísmo, está cada día más presente en la lengua oral, y nos ofrece el siguiente ejemplo: “Le estoy llamando para...”.
Pues bien, en el español de Puerto Rico, el leísmo, que cada día cobra más arraigo (oral y escrito), solo se emplea cuando nos referimos a personas. No se oye: “Le perdí (el libro)”. Y nada, que cada país tiene su propia norma, y lo que para un hablante está bien aquí, no lo está necesariamente para un hablante de allá o de acullá.
En fin, lo verdaderamente triste es que leísmo no sea el hábito o la manía de leer. Qué pena, ¿verdad?
Texto tomado de: http://goo.gl/MBLJsN
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