martes, 21 de enero de 2020

21 de enero: Día Internacional del Abrazo

21 de Enero día del abrazo
Hoy, 21 de enero, se celebra en todo el mundo el Día Internacional de los Abrazos. Un día que fue creado en el año 1986 por Kevin Zaborney. 
Se celebró por primera vez en Michigan, Estados Unidos. 
El objetivo de este día consiste en repartir estas muestras de cariño entre las personas que más quieres. Pareja, amigos, pero sobre todo familia.

Los abrazos no solo funcionan cuando se producen si no que su efecto se prolonga en el tiempo. Estudios científicos afirman que los abrazos liberan hormonas como la serotonina y dopamina, que tienen un efecto sedante.


Fuente: El Ibérico


Y para celebrar esta fecha, recordemos una de las frases de Julio Cortázar:

Yo quiero proponerle a usted un abrazo, 
uno fuerte, 
duradero, 
hasta que todo nos duela. 
Al final será mejor que me duela el cuerpo por quererle, 
y no que me duela el alma por extrañarle.

Ilustración de Flavita Banana

viernes, 17 de enero de 2020

El librero Juan Mejía Baca

Retrato de Juan Mejía Baca
(Repositorio PUCP)
Piurano, nació el 17 de Enero de 1912. Formado en Chiclayo, multifacético, fue músico, historiador y editor. Vivió en Puerto Eten gran parte de su vida. Librero y editor peruano. Obtuvo su patente como editor en 1945 y ahí empezó su carrera.


Se subraya que fue amigo de Raúl Porras Barrenechea, Sebastián Salazar Bondy, Ciro Alegría, José María Arguedas, Jorge Basadre y Martín Adán, quienes siempre lo visitaban en su librería de la calle Los Huérfanos (el 722 o 716 del jirón Azángaro), un polo cultural por 40 años, a donde llegaban también figuras internacionales como el poeta chileno Pablo Neruda, para conversar con el ilustre librero. 
Editó mas de 145 autores peruanos. 

Fue Director de la Biblioteca Nacional Del Perú, de 1986 a 1990. 
Era julio de 1990 cuando Juan Mejía Baca dejó la Biblioteca Nacional del Perú tras cuatro años como director. Su discurso permanece lozano, porque la urgencia de políticas culturales todavía es una constante.

Dijo: “Un país que no cultiva la cultura es un juguete de pasiones y ambiciones; el progreso de una Nación se logrará en la medida en que aumente el nivel cultura de sus habitantes y que estos conviertan su voluntad en acción”.

Y Mejía Baca había cumplido la labor encomendada cabalmente. Sacó garras para lograr presupuestos y le dio a la BNP un local idóneo: la actual sede en San Borja se alza en un terreno de Centromin Perú que el Congreso transfirió a la biblioteca por presión del librero.

Durante su gestión, la BNP adquirió 150,000 placas del archivo Courret; IBM donó un millón de dólares en equipos de cómputo. Sin embargo, Mejía Baca no pudo consolidar su proyecto Biblioteca Itinerante o la Biblioteca Básica del Perú, que era el lanzamiento de un libro mensual con el Banco Central de Reserva del Perú. Entre sus proyectos editoriales, inconcluso, dejó las Obras Completas del Inca Garcilaso de la Vega y la colección Cronistas de la Conquista.


“Desgraciadamente, a estas alturas de mi vida sigo constatando que cuando se trata de la cultura, los gobiernos proceden después de lo último”, respondió al diario La República, tras dejar su cargo.

Promovió el festival del libro. Merecedor de la Orden El Sol Del Perú Y Las Palmas.

Gracias a su personalidad apasionada y terca, Mejía Baca editó colecciones vitales para la comprensión del país. Cito: el Anuario cultural del Perú, Historia del Perú Antiguo, de Luis E. Valcárcel; el Diccionario Enciclopédico del Perú, las Obras completas de Haya de la Torre, Enciclopedia ilustrada del Perú, de Tauro del Pino. O Cuentos andinos, de Enrique López Albújar, que logró 17 ediciones con el sello de Mejía Baca, desde 1950.

Promovió premios literarios, conferencias, también publicó la colección de discos-testimonio Perú vivo. Como seguidor de César Vallejo, la frase vallejiana con la que emprendía sus nuevos proyectos era siempre: “Hay, hermanos, muchísimo que hacer”.

Del extranjero editó El profeta, de Khali Gibran, o la primera traducción de Música de cámara, de James Joyce.

El editor confió en una entrevista a La Tercera: “No son capricho de uno. […] Corresponden a una auscultación de una necesidad y naturalmente siempre he tratado de satisfacer esa necesidad en el plano del contenido. Si se da calidad en el contenido de una obra o un poema, eso queda. Nosotros hemos publicado lo que en nuestro medio los intelectuales dan”.

Pero también tenía una misión social, y esa se traducía en libros al alcance de los bolsillos, con sus ediciones populares, que superaron en tiraje los 50,000 ejemplares. En total, publicó a 144 autores en 180 títulos.

Lo que hizo a favor de la cultura del país fue vital, pero Mejía Baca declinó cuando lo designaron para que recibiera la Orden al Mérito en el Grado de Gran Cruz por sus servicios distinguidos. Él dijo que no la merecía. 
Consecuente, señala su leyenda que en 1967, cuando el gobierno de turno dispuso una quema de libros, devolvió la Orden El Sol del Perú y las Palmas Magisteriales. Conocido por su frase “Para quemar un libro se necesitan sólo dos cosas un libro y un  imbécil”


España lo condecoró en 1990, año en el que parecía despedirse de todos, con la Encomienda de Número de la Orden de Isabel la Católica por “el obstinado transcurrir de una vida dedicada a mantener, cultiva y promover, humana e intelectualmente, los valores culturales que nos son comunes”.

Un cáncer al páncreas lo derrotó a las seis de la mañana del 28 de mayo de 1991. Expiró en una habitación del cuarto piso del hospital Rebagliati. Tenía 79 años de edad. 
Como era una mente privilegiada, la Cámara de Diputados decretó un minuto de silencio en su memoria. Y en la BNP, una bandera flameó a media asta en señal de duelo.

Cumpliendo sus deseos, no hubo velatorio y su cuerpo fue cremado en el cementerio Británico del Callao. “El Perú debe guardarlo en su memoria como uno de los defensores más asiduos de nuestra cultura”, dijo el político y periodista Alfonso Grados Bertorini en la magra ceremonia.


El Comercio reseñó ese viaje a la raíz, cuando sus cenizas llegaron a Puerto Eten y pasearon por las calles hasta la calle Libertad 140, donde el librero vivió sus años infantiles. El cofre, sobre una pirámide de libros, era envuelta en una banderola con los versos más famosos del bardo del siglo XVI, Jorge Manrique: “Nuestras vidas son los ríos que van a dar en la mar, que es el morir.” Luego, las cenizas se esparcieron en alta mar.

Mejía Baca fue uno de los últimos libreros que conocían al detalle cada rincón de la Lima virreinal.

Texto elaborado en base a nota publicada en El Peruano

Más sobre Juan Mejía Baca, en el blog CopyPasteIlustrado: Juan Mejía Baca cuenta por qué era tan difícil editar libros en la época de Belaúnde

miércoles, 15 de enero de 2020

Si puedes esperar sin cansarte en la espera

Rudyard Kipling , poeta, periodista y novelista inglés nació el 30 de diciembre de 1865 en Bombay, India, fue Premio Nobel de Literatura en 1907 ( el ganador del premio Nobel de Literatura más joven hasta la fecha). Este es uno de sus poemas más conocidos. 

Si…
Si puedes mantener la cabeza cuando todo a tu alrededor
pierde la suya y te culpan por ello;
Si puedes confiar en ti mismo cuando todos dudan de ti,
pero admites también sus dudas;
Si puedes esperar sin cansarte en la espera,
o, siendo engañado, no pagar con mentiras,
o, siendo odiado, no dar lugar al odio,
y sin embargo no parecer demasiado bueno, ni hablar demasiado sabiamente;

Si puedes soñar-y no hacer de los sueños tu maestro;
Si puedes pensar-y no hacer de los pensamientos tu objetivo;
Si puedes encontrarte con el triunfo y el desastre
y tratar a esos dos impostores exactamente igual,
Si puedes soportar oír la verdad que has dicho
retorcida por malvados para hacer una trampa para tontos,
O ver rotas las cosas que has puesto en tu vida
y agacharte y reconstruirlas con herramientas desgastadas;

Si puedes hacer un montón con todas tus ganancias
y arriesgarlo a un golpe de azar,
y perder, y empezar de nuevo desde el principio
y no decir nunca una palabra acerca de tu pérdida;
Si puedes forzar tu corazón y nervios y tendones
para jugar tu turno mucho tiempo después de que se hayan gastado
y así mantenerte cuando no queda nada dentro de ti
excepto la Voluntad que les dice: “¡Resistid!”

Si puedes hablar con multitudes y mantener tu virtud
o pasear con reyes y no perder el sentido común;
Si ni los enemigos ni los queridos amigos pueden herirte;
Si todos cuentan contigo, pero ninguno demasiado;
Si puedes llenar el minuto inolvidable
con un recorrido de sesenta valiosos segundos.
Tuya es la Tierra y todo lo que contiene,
y —lo que es más— ¡serás un Hombre, hijo mío!

Rudyard Kipling

viernes, 10 de enero de 2020

Kuala Lumpur nombrada Capital Mundial del Libro 2020

La Directora General de la UNESCO, Audrey Azoulay, nombró a Kuala Lumpur (Malasia) como Capital Mundial del Libro para el año 2020, siguiendo la recomendación del Comité de asesoramiento de la Capital Mundial del Libro.

La ciudad fue seleccionada por su fuerte enfoque en la educación inclusiva, el desarrollo de una sociedad basada en el conocimiento y la lectura accesible para todos los sectores de la población de la ciudad.

Bajo el lema “KL Baca – cuidar a través de la lectura”, el programa se centra en cuatro temas: la lectura en todas sus formas, el desarrollo de la infraestructura de la industria del libro, la inclusión y la accesibilidad digital y el empoderamiento de los niños a través de la lectura. Entre otros eventos y actividades previstos figuran la construcción de una ciudad del libro (el Complejo Kota Buku), una campaña de lectura para los viajeros en tren, la mejora de los servicios digitales y de accesibilidad de los fondos de la Biblioteca Nacional de Malasia para las personas con discapacidad, y nuevos servicios digitales para 12 bibliotecas en zonas de viviendas pobres de Kuala Lumpur. 

El objetivo de la ciudad es fomentar una cultura de la lectura y la inclusión – “Una ciudad que lee es una ciudad que se preocupa” - haciendo hincapié en el acceso a los libros en toda la ciudad. El ambicioso programa de la ciudad para la Capital Mundial del Libro está vinculado a la Visión 2020 para Kuala Lumpur y a un proyecto de eco-ciudad llamado “El Río de la Vida”, el que librerías y bibliotecas al aire libre poblarán vías fluviales de la ciudad recientemente restauradas.

El año de celebraciones comenzará el 23 de abril de 2020, Día Mundial del Libro y del Derecho de Autor.

Las ciudades designadas Capital Mundial del Libro por la UNESCO se comprometen a promover el libro y la lectura y a organizar actividades a lo largo del año. Como vigésima ciudad que lleva el título desde 2001, Kuala Lumpur sigue a Sharjah (2019) y Atenas (2018). Entre los ganadores anteriores se encuentran Madrid (2001), Alejandría (2002), Nueva Delhi (2003), Amberes (2004), Montreal (2005), Turín (2006), Bogotá (2007), Ámsterdam (2008), Beirut (2009), Liubliana (2010), Buenos Aires (2011), Erevan (2012), Bangkok (2013), Port Harcourt (2014), Incheon (2015) y Breslavia (2016).

La candidatura de Kuala Lumpur fue elegida por un Comité de asesoramiento integrado por representantes de la Asociación Internacional de Editores (IPA), la Federación Internacional de Asociaciones de Bibliotecarios y Bibliotecas (IFLA) y la UNESCO.

Más información:


Facebook: Kuala Lumpur WBC

jueves, 9 de enero de 2020

Bibliotecas del siglo XXI: de custodiar libros a abrir espacios de encuentro

Promoción de la lectura, intercambio generacional, inspiración para aprender: una mirada desde Alemania sobre el futuro de instituciones culturales clave para la integración social
¿Qué función social cumplen las bibliotecas en la era digital? 
¿Sigue teniendo sentido acopiar miles y miles de libros impresos en innumerables estantes para cederlos en préstamo temporal al público? 
¿Cómo se replantean los modelos de las grandes bibliotecas del mundo en el siglo XXI? 

Preguntas como éstas impulsan a Hannelore Vogt, directora de la Biblioteca Municipal de Colonia (Alemania), a dictar charlas en distintas ciudades sobre los desafíos que deben enfrentar las bibliotecas públicas en el contexto actual.

“En el siglo XXI se suele plantear la pregunta sobre la vigencia de las bibliotecas, si tiene sentido que convivan con Internet. Mi respuesta como bibliotecaria siempre es: sí. Creo que la función de cualquier biblioteca es la transmisión de conocimiento. Ahora los saberes se transmiten a través de otros canales y otros soportes digitales. Por eso, además de la función tradicional de la promoción de la lectura, en la mayoría de las bibliotecas del mundo se incluye la formación digital para garantizar que la población pueda tener acceso a la información”, asegura Vogt, especialista en bibliotecología, historia del arte y gestión cultural.
A cargo desde 2008 de la dirección de la Biblioteca Municipal de Colonia, que en 2015 fue distinguida la mejor del año en Alemania, Vogt participó hace unos meses en una discusión mediática en su país sobre el concepto “biblioteca”. El debate partía de una cuestión semántica: si habría que recurrir a otra palabra para denominar a las bibliotecas hoy, con el abanico de ofertas que ofrecen; por ejemplo, centro cultural o casa de cultura. “En muchos países se da esta discusión acerca del nombre, ya que las bibliotecas ofrecen servicios que van más allá del préstamo de libros. Es muy difícil encontrar una palabra que pueda incluir todas las actividades y biblioteca es una especie de marca registrada que la gente reconoce, que transmite la confianza de que se hacen las cosas bien y con calidad. Pero, por otro lado, conlleva dificultades porque sigue estando presente esa imagen un poco anticuada de la biblioteca. Hay muy pocos conceptos o términos que parezcan apropiados. En Londres, por ejemplo, hablan de Idea’s Store (tienda de ideas). En Dinamarca inauguraron hace poco una biblioteca muy grande que llamaron Doc 1, que en realidad tiene que ver con el espacio donde fue levantada (un dock frente al mar) y también juega con la palabra documento”, dice. Más allá de la denominación, para Vogt, “la biblioteca sigue siendo ese espacio donde uno simplemente puede ir a leer, a estudiar, sin consumir algo en particular ni participar de una actividad. Algo muy importante es que tiene una misión educativa y no sólo cultural. Por eso si uno sólo la piensa en términos de centro cultural sería un enfoque demasiado acotado”.


Vogt, directora de la Biblioteca Pública de Colonia,
ganó dos veces el premio a la mejor biblioteca de su país
 (Wurzburg, 2003 y Colonia, 2015).
La biblioteca de Colonia es municipal y tiene una sede central ubicada en el centro de la ciudad, once pequeñas filiales en diversos barrios y un bibliomóvil que recorre escuelas y jardines de infantes. A las sedes barriales suelen concurrir chicos y estudiantes y a la central, gente entre 20 y 30 años, especialmente. En una ciudad con alrededor de un millón de habitantes, la institución cuenta con un staff de 200 personas para ocupar 160 puestos entre empleados estables y part time. “Tenemos personal variado: alrededor de la mitad son bibliotecarios. También hay personas que hacen una capacitación en la biblioteca y, aunque no tengan el título universitario, esa capacitación los califica para trabajar. Además hay voluntarios que dictan cursos; por ejemplo, de idioma para extranjeros. Ellos ayudan en programas especiales para los refugiados”. Entre esos programas se incluyen clases de alemán y de lectura para exiliados de países árabes.

Con un acervo compuesto por aproximadamente 750.000 piezas entre libros, revistas y materiales musicales, además de un archivo musical con más de 30.000 partituras, la biblioteca de Colonia recibe aportes privados que refuerzan los ingresos oficiales. “Tenemos un presupuesto básico, que sirve para pagar sueldos y comprar ciertos recursos. Para los proyectos especiales tenemos que buscar apoyo externo, que puede venir de programas estatales, no necesariamente del ámbito bibliotecario. También buscamos del área de educación o fondos que provengan de la región o de la Unión Europea. Y apelamos a que las empresas nos apoyen en algún proyecto, que siempre tienen que tener un interés cultural. Las empresas no sólo nos aportan dinero sino que también nos donan o prestan dispositivos tecnológicos y nuevos equipos para que se pongan a prueba en la biblioteca. Un ejemplo práctico es un espacio que tenemos que se llama Bar de Vinilos, con un tocadiscos, para digitalizar discos de vinilo y grabarlos en un cd o memoria portátil. Ese aparato fue donado por una empresa”.

A diferencia de otras bibliotecas importantes que alimentan sus catálogos con títulos valiosos desde el punto de vista histórico, la de Colonia apunta a libros contemporáneos. Explica la directora: “En general, compramos material porque lo que queremos es tener un acervo actual y que responda a los intereses y a la demanda del público. Si sólo dependiéramos de las donaciones, sería incompleto y azaroso. Analizamos muy específicamente qué es lo que interesa a nuestros usuarios. Como los pedidos se hacen a través de un sistema de computación, podemos ver claramente qué es lo que la gente pide y busca, según la edad, el género, el lugar de procedencia, el nivel educativo, entre otras variables. En función de eso orientamos nuestras compras. De esa manera garantizamos que lo que el público busque esté luego en los estantes. Tenemos mucho material que no es literarios sino textos de no ficción y de estudio; libros técnicos que consultan profesionales y estudiantes. Es importante que las colecciones estén actualizadas porque es material de consulta”.

Además de las once filiales, esta biblioteca alemana tiene una pequeña sede en un parque que atiende un grupo de voluntarios. “Es un proyecto especial, que sigue el modelo de las donaciones: en general, recibe libros y los presta para que los usuarios los lean en el parque. También tenemos una máquina expendedora de libros de género policial, que está ubicada en una estación de subte”, cuenta la especialista.

De diarios a libros para bebés

El funcionamiento de un día típico de la biblioteca de Colonia refleja no sólo la variedad de servicios que ofrece a los usuarios sino también la diversidad del público. “La sede central abre sus puertas a la mañana temprano, pero cuando llegamos ya hay muchas personas esperando para entrar. Cuando abrimos, lo primero que ellos hacen es buscar el diario del día para leer. Por la mañana llegan mucho grupos, algunos con visita programada, y son muy variados: desde alumnos de jardín de infantes a refugiados de otros países. Hacemos visitas guiadas, pero también hacen uso de las instalaciones y los servicios por cuenta propia. Por la tarde, vienen muchos alumnos de colegio a trabajar en grupos. Ahí todo se vuelve más ruidoso y hay usuarios que se quejan porque quieren estar tranquilos. Por eso fue que organizamos diferentes sectores, para que en algunos se pueda hablar y otros para la lectura en silencio. La experiencia que estamos viendo es que así la gente permanece más tiempo. Muchos no van en busca de libros sino que quieren trabajar en nuestro espacio. Hay una expresión en inglés que es muy apropiada para explicar esa costumbre: alone together. Por un lado, quieren trabajar solos pero, al mismo tiempo, quieren tener gente alrededor. A la noche suele haber algún evento cultural como conciertos, espectáculos musicales y de teatro”

Así como la Biblioteca Nacional Mariano Moreno abre sus puertas para la Noche de los Museos porteños, la de Colonia participa en la Noche de los Teatros con alguna obra, en general, vinculada con títulos literarios. “Es decir que, como centro cultural, la biblioteca también tiene un rol importante, pero siempre nos fijamos que el foco esté puesto en la cultura y en la discusión social. También ofrecemos a diferentes grupos la biblioteca como foro, como lugar donde pueden realizarse reuniones y encuentros dirigidos a los ciudadanos. Los viernes y sábados hay talleres: enseñamos desde cómo se hace un e-book a cómo leer en voz alta para otros”.

Cuando se le pregunta cuál es el objetivo principal de la institución que dirige, Vogt no duda: “El gran objetivo es que funcione como un espacio de aprendizaje. También, un espacio para la inspiración, donde uno aprende algo que en realidad no está buscando específicamente. Y un tercer rol tiene que ver con la participación, con el propio quehacer, que sea un espacio donde el saber sea transmitido de los ciudadanos a los ciudadanos. En ese marco, tenemos el programa de los expertos junior, jóvenes que van a dar cursos a adultos en la biblioteca. Que sea un punto de encuentro donde se vinculan las diferentes generaciones. Es mucho más que un lugar donde solo se prestan libros. Pero eso depende del perfil de cada institución”.

En sus conferencias y escritos teóricos, Vogt asegura que le parece más importante el trabajo social, los servicios hacia los usuarios de la biblioteca, que el catálogo en sí mismo. En ese sentido, explica: “Nosotros, como biblioteca, ponemos a disposición el lugar y los recursos tecnológicos, vinculamos a la gente, las ponemos en red, y son los ciudadanos los que transmiten el conocimiento. Ponemos en relación esa tarea con libros, con bancos de datos, otros materiales de estudio. El foco está puesto en desarrollar el quehacer crítico de los usuarios. Pero, por supuesto, la promoción de la lectura sigue siendo un punto muy importante. Tenemos para ofrecer desde libros para bebés, para chicos de nivel inicial y de escuela. Como actualmente a los chicos les interesan mucho los dispositivos tecnológicos, tratamos de ofrecer lecturas que estén vinculadas con lo digital. Un ejemplo es el digital story telling: les leemos a los jóvenes alguna historia de JK Rowling, entre otros autores, y ellos a partir de esa lectura desarrollan su propia historia, confeccionan un video para YouTube y lo suben a la red. Así, el relato funciona como el punto de partida de un trabajo más amplio y atractivo para su edad. De esa manera, ellos crean un material nuevo, lo comparten, lo difunden.”

Modelo de gestión

La de este año no fue la primera visita de Vogt al país. Ya había estado en dos oportunidades anteriores, cuando recorrió la Biblioteca Nacional y algunas municipales. Esta vez, además de dar una charla en el Instituto Goethe, conoció bibliotecas populares del conurbano bonaerense (barrios carenciados de San Fernando y Tigre, entre otros) de la mano de los integrantes de la Conabip. Interiorizada sobre ciertos aspectos de la gestión del director anterior, Horacio González, y también de la actual de Alberto Manguel, la bibliotecaria alemana cree que el puesto de director debería estar ocupado por “un buen comunicador porque es un cargo para un manager, para alguien que gestiona”. Y fundamenta: “Si uno es director de una biblioteca grande, por un lado tiene que trabajar hacia adentro con sus colaboradores, conducir los cambios (por ejemplo, lo que se está dando en el mundo digital); por otro lado, hacia afuera: haciendo lobby para conseguir los recursos necesarios, hablar con los medios de prensa. Las características clave serían que sepa organizar, gestionar y comunicar. No creo que un director de biblioteca tenga que escribir libros o estar vinculado a la literatura sino más bien con el gerenciamiento. No tiene que ser necesariamente un bibliotecario pero sería ideal que tuviera esos conocimientos propios de la especialidad”.

Ante la pregunta sobre si los cargos directivos en las bibliotecas públicas de Alemania cambian cuando cambian los gobiernos, Vogt se sorprende: “¡No! Son puestos técnicos, especializados; en algunos casos, pueden tener una formación similar, del área, pero los cambios no tienen nada que ver con los cambios de gobierno”. Vuelve a sorprenderse cuando se le comenta del polémico caso de Carta Abierta, con la Biblioteca Nacional como centro de reuniones políticas. “La regla en Alemania es que como biblioteca, en términos políticos, la institución es neutral. No importa cuál sea el gobierno de turno: de ninguna manera se ofrece como foro a un determinado partido o agrupación. Sí, por supuesto, es un espacio de discusión y de intercambio y también se tocan temas sociales, como el de los refugiados o la escasez de vivienda. Pero, en ese caso, se invita a diferentes especialistas o referentes, con diferentes perspectivas, con un moderador como para que los asistentes se pueden hacer su propia idea del asunto”.

La cuestión de los refugiados, en cambio, es un tema candente, del que se discute en los ámbitos intelectuales europeos. En Alemania, las bibliotecas ofrecen programas culturales gratuitos para migrantes. En Colonia, uno de los programas para refugiados está basado en la lectura de padres a chicos. “Los refugiados de países árabes, por ejemplo Turquía o Siria, no tienen una tradición fuerte de lectura en voz alta para los chicos. Y se sabe hoy que el ejemplo de los padres es crucial para generar el hábito de la lectura en los chicos. Por eso pensamos en este programa de lectura en voz alta, de adulto a chicos. Creemos que el vínculo personal entre el lector y el aprendiz de lector es fundamental para darle una connotación positiva a la lectura”.

miércoles, 8 de enero de 2020

Sistemas políticos... según Hugh Hefner

Socialismo: 
Tenemos dos vacas y le damos una al vecino.

Comunismo: 
El gobierno nos quita una pero nos da la leche.

Fascismo: 
El gobierno nos las quita.

Nazismo: 
El gobierno nos las quita y nos fusila.

Capitalismo: 
Vendemos una y con el dinero compramos un toro.
(Hugh Hefner)




lunes, 6 de enero de 2020

La Biblioteca Pública evitó que me convirtiera en un suicida...

El incendio de un sueño
(Charles Bukowski)


La vieja Biblioteca Pública de Los Ángeles
ha sido destruida por las llamas.
Aquella biblioteca del centro.
Con ella se fue
gran parte de mi juventud.
Estaba sentado en uno de aquellos bancos
de piedra cuando mi amigo
Baldy me preguntó:
«¿vas a alistarte en
la brigada Lincoln?».
«Claro», contesté
yo.

Pero, al darme cuenta de que yo no era un idealista político
ni un intelectual
renegué de aquella
decisión más tarde.
Yo era un lector
entonces
que iba de una sala a
otra: literatura, filosofía,
religión, incluso medicina y geología.
Muy pronto
decidí ser escritor,
pensaba que sería la salida
más fácil
y los grandes novelistas no me parecían
demasiado difíciles.

Tenía más problemas con
Hegel y con Kant.
Lo que me fastidiaba
de todos ellos
es que
les llevara tanto
lograr decir algo
lúcido y/o interesante.
Yo creía
que en eso
los sobrepasaba a todos
entonces.
Descubrí dos cosas:
a) que la mayoría de los editores creía
que todo lo que era aburrido
era profundo.
b) que yo pasaría décadas enteras
viviendo y escribiendo
antes de poder
plasmar
una frase que
se aproximara un poco
a lo que quería
decir.
Entretanto
mientras otros iban a la caza de
damas,
yo iba a la caza de viejos
libros,
era un bibliófilo, aunque
desencantado,
y eso
y el mundo
configuraron mi carácter.
Vivía en una cabaña de contrachapado
detrás de una pensión de 3 dólares y medio
a la semana
sintiéndome un
Chatterton
metido dentro de una especie de
Thomas Wolfe.
Mi principal problema eran
los sellos, los sobres, el papel
y el vino,
mientras el mundo estaba al borde
de la Segunda Guerra Mundial.
Todavía no me había
atrapado
lo femenino, era virgen
y escribía entre 3 y
5 relatos por semana
y todos
me los devolvían, rechazados por
el New Yorker, el Harper’s,
el Atlantic Monthly.
Había leído que
Ford Madox Ford solía empapelar
el cuarto de baño
con las notas que recibía rechazando sus obras
pero yo no tenía
cuarto de baño, así que las amontonaba
en un cajón
y cuando estaba tan lleno
que apenas podía
abrirlo
sacaba todas las notas de rechazo
y las tiraba
junto con los relatos.
La vieja Biblioteca Pública de Los Ángeles
seguía siendo
mi hogar
y el hogar de muchos otros
vagabundos.
Discretamente utilizábamos los
aseos
y a los únicos que
echaban de allí
era a los que
se quedaban dormidos en las
mesas
de la biblioteca; nadie ronca como un
vagabundo
a menos que sea alguien con quien estás
casado.
Bueno, yo no era realmente un
vagabundo, yo tenía tarjeta de la biblioteca
y sacaba y devolvía
libros,
montones de libros,
siempre hasta el límite de lo permitido:
Aldous Huxley, D. H. Lawrence,
E. E. Cummings, Conrad Aiken, Dos Passos, Turgénev, Gorki,
H. D., Nietzsche,
Schopenhauer,
Steinbeck,
Hemingway,
etc.
Siempre esperaba que la bibliotecaria
me dijera: «qué buen gusto tiene usted,
joven».
Pero la vieja
puta
ni siquiera sabía
quién era ella,
cómo iba a saber
quién era yo.
Pero aquellos estantes contenían
un enorme tesoro: me permitieron
descubrir
a los poetas chinos antiguos
como Tu Fu y Li Po
que son capaces de decir en un
verso más que la mayoría en
treinta o
incluso en cientos.
Sherwood Anderson debe de haberlos
leído
también.
También solía sacar y devolver
los Cantos
y Ezra me ayudó
a fortalecer los brazos si no
el cerebro.
Maravilloso lugar
la Biblioteca Pública de Los Ángeles
fue un hogar para alguien que había tenido un
hogar
infernal
arroyos demasiado anchos para saltarlos
lejos del mundanal ruido
contrapunto
el corazón es un cazador solitario
James Thurber
John Fante
Rabelais
de Maupassant
algunos no me
decían nada: Shakespeare, G. B. Shaw,
Tolstoi, Robert Frost, E Scott
Fitzgerald
Upton Sinclair me llegaba
más
que Sinclair Lewis
y consideraba a Gogol y a
Dreiser tontos
de remate
pero tales juicios provenían más
del modo en que un hombre
se ve obligado a vivir que de
su razón.
La vieja Biblioteca Pública de Los Ángeles
muy probablemente evitó
que me convirtiera en un
suicida,
un ladrón
de bancos,
un tipo
que pega a su mujer,
un carnicero o
un motorista de la policía
y, aunque reconozco que
puede que alguno sea estupendo,
gracias
a mi buena suerte
y al camino que tenía que recorrer,
aquella biblioteca estaba
allí cuando yo era
joven y buscaba
algo
a lo que aferrarme
y no parecía que hubiera mucho.
Y cuando abrí el
periódico
y leí la noticia sobre el incendio
que había destruido
la biblioteca y la mayor parte de
lo que en ella había
le dije a mi
mujer:
«yo solía pasar horas y horas
allí…».
El oficial prusiano
el atrevido muchacho de trapecio
tener y no tener
no puedes retornar a tu hogar.

Charles Bukowski

Dosier Lectura digital en la primera infancia

Dosier Lectura digital en la primera infancia

Con el objetivo de ampliar el conocimiento de agentes educativos de primera infancia, maestros, mediadores y padres de familia sobre el uso de las nuevas tecnologías como herramientas lúdicas, educativas y de lectura en la primera infancia, este documento presenta diferentes perspectivas disciplinares acerca de las potencialidades, los posibles riesgos y los aspectos que deben considerarse para emplear las tecnologías digitales en las prácticas de acceso de los niños más pequeños a la cultura escrita.

(Tomado de la web del  CERLALC)

Revisa el dosier, aquí:

viernes, 3 de enero de 2020

Umberto Eco y su análisis de los tipos de biblioteca visitadas

Umberto Eco analiza los tipos de bibliotecas que ha conocido en su vida, presentando a su vez a lo que seria una biblioteca utópica, como consecuencia de identificar los fines de una biblioteca. En su análisis se encuentra con una gran pluralidad de fines y elabora modelos de bibliotecas.

En 21 puntos detalla las características de lo que seria una buena biblioteca, e incluso en estas líneas trata de manifestar su preocupación de los inconvenientes que presentaría el tener una biblioteca a la medida del deseo de un hombre. Pues, la sala menos visitada seria precisamente la de consulta,ya que con la facilidad de préstamo y fotocopias se elimina gran parte de la permanencia en ellas.

Sobre Umberto Eco
Umberto Eco (Alessandria, Piamonte, Italia, 5 de enero de 1932 - Milán, Lombardía, Italia, 19 de febrero de 2016), fue un escritor, filósofo y profesor de universidad italiano. Fue autor de numerosos ensayos sobre semiótica, estética, lingüística y filosofía, así como de varias novelas. "El nombre de la rosa" es la más conocida.
Afectado desde hacía años por un cáncer, su deceso se produjo a los 84 años en su casa de la ciudad de Milán el 19 de febrero del año 2016 a las 22:30 horas locales. El funeral fue también en Milán, en el Castillo Sforzesco, mediante una ceremonia laica. Eco, en su testamento, pidió que no se celebrasen homenajes ni se organizaran celebraciones en su memoria durante, al menos, diez años.


En 2016 se publicó "De la estupidez a la locura", libro póstumo recopilatorio de artículos publicados en prensa por Umberto Eco, seleccionados por el mismo Eco antes de su fallecimiento.
(Fuente: Wikipedia)

Surgimiento del libro infantil en Latinoamérica

La Colección Alas de Colibrí se engalana con esta segunda entrega, invitando a la destacada autora Ana María Machado. Presentamos en esta nueva edición dos conferencias basadas en
el surgimiento del libro infantil en Latinoamérica, su impacto en las producciones actuales y una contundente reflexión sobre la lectura como eje central de la educación y el ejercicio de la ciudadanía. 
Machado nos deleita con profundas reflexiones sobre el rol del Estado en la formación de ciudadanos con igualdad de oportunidades, enraizadas en la lectura y el diálogo. A lo largo de este texto resulta inevitable pensar en las antiguas premisas de la civilización occidental: igualdad, libertad y fraternidad, ¿o acaso no es eso la lectura, un acto revolucionario?