jueves, 29 de agosto de 2013

De Orwell a Poe: el lado literario del rock

John Steinbeck publicó su novela Viñas de ira en 1939. Allí contó las dificultades extremas que vive la familia Joad en su viaje a California, donde buscarían ganarse la vida ante las consecuencias de la crisis económica de Estados Unidos en esa época. En 1940 el estudio Fox lanzó la película del mismo título basada en el libro y dirigida por John Ford, y en 1995, el músico de rock Bruce Springsteen publicó The Ghost of Tom Joad , un disco inspirado en la historia de Steinbeck. Las canciones de Springsteen cuentan de gente que padece situaciones similares a las de la familia Joad, pero en la época actual.

Tanto el cine como el rock son dos formas artísticas nacidas en el siglo XX, y si bien el cine creó un lenguaje totalmente nuevo, desde la década de 1950 el rock revolucionó la cultura en todo el mundo con sonidos originales. Entre ambos fenómenos culturales, es habitual que se tengan más en cuenta los usos de la literatura por parte del cine y no tanto por el rock. Sin embargo, son varias las formas en que los músicos de ese género hicieron referencia o se basaron en la literatura.

Que en el rock estas referencias sean menos recordadas podría deberse al aire de música revolucionaria que tuvo en sus inicios, causa de desdén por parte de quienes no perciben aún que el género ya maduró luego de unos sesenta años de vida. El novelista D.H. Lawrence escribió que todo buen arte, en caso de serlo realmente, contará la verdad de su tiempo. Y el rock, que tiene su propio lenguaje, cumple esta máxima con creces.
El rock se inspira en la literatura de muchas maneras, desde simples títulos de canciones hasta discos enteros dedicados a obras o escritores. Ejemplo de lo primero puede ser la pieza instrumental "Moby Dick", de Led Zeppelin, en la cual los integrantes tocan los instrumentos con la intensidad y el virtuosismo que los caracterizó. No hay allí ninguna voz que cante acerca de la ballena blanca de Melville, pero cabría pensar que la energía del sonido hace imaginar algo grande y pesado que se aproxima.

Otros casos son menos abstractos. Bob Dylan, por ejemplo, cuyo verdadero apellido es Zimmerman, usó ese nombre en homenaje, dice la leyenda, al poeta Dylan Thomas. The Doors, la banda estadounidense de fines de los años 60 y comienzos de los 70, se inspiró para su nombre en un libro de Aldous Huxley: Las puertas de la percepción , que a su vez, hace referencia a un verso del poeta inglés William Blake.
Más allá de su nombre artístico, las letras de Bob Dylan están repletas de menciones a personajes y escritores, de manera no muy distinta de como los cuentos y ensayos de Borges refieren a otros autores y otras obras. Por mencionar apenas un ejemplo: Dylan nombra al jorobado de Notre Dame, al fantasma de la ópera, a Ezra Pound y a T. S. Eliot en una sola de sus canciones: "Desolation Row".

También Led Zeppelin tiene alguna referencia más directa a la literatura. Quienes hayan leído El Hobbit y El señor de los anillos reconocerán en "Ramble On" la mención al personaje Gollum y a Mordor, la región donde debe destruirse el anillo imaginado por J. R. R. Tolkien. Robert Plant, el vocalista, había leído ambas historias con entusiasmo. De ahí que la canción apareciera en el segundo LP de Led Zeppelin, publicado en octubre de 1969.
Décadas después, en 2003, el neoyorquino Lou Reed también tomó la obra de su compatriota Poe para hacer un disco entero dedicado a sus cuentos y poemas, bajo el título The Raven ("El cuervo"). Pero además de transformarlos en canciones, incluyó diálogos de los cuentos, interpretados por artistas y actores famosos. 
El actor Willem Dafoe es uno de ellos. En este disco de Reed, aparece otra vez David Bowie, que comparte el canto con Reed en la canción "Hop Frog", cuyo cuento original narra la venganza contra un rey llevada a cabo por el bufón de la corte, cansado de los abusos y maltratos al que lo sometía el monarca.
En The Raven , el sonido usado para cantar (y también contar) los cuentos de Poe es un poco más crudo. Reed está lejos del rock sinfónico de Alan Parsons, aunque esto no significa una menor elaboración en la música. De hecho, el disco de Reed incluye efectos de sonido como ruidos de cadenas, puertas golpeadas, truenos, derrumbes. Podría decirse que más que una colección de canciones es una gran dramatización que musicaliza los cuentos del autor de "Annabel Lee".

En el librillo de la edición en CD de The Raven , Lou Reed incluyó un texto que podría tomarse como una declaración genérica y definitiva acerca de los puentes entre el rock y la literatura:

Seguro, E. A. Poe es el más clásico de los autores estadounidenses, un escritor más a tono con el latido del corazón de nuestro siglo XXI de lo que jamás estuvo en el suyo. Obsesiones, paranoia y actos de autodestrucción nos rodean constantemente [...]. He releído y reescrito a Poe para hacer las mismas preguntas nuevamente. ¿Quién soy? ¿Por qué me atrae hacer lo que no debo? [...] ¿Por qué hacemos lo que no debemos? ¿Por qué amamos lo que no podemos tener? ¿Por qué nos apasiona lo que está mal? ¿Qué queremos decir con "mal"?

Texto tomado de La Nación

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