sábado, 10 de noviembre de 2012

Los libros de Adolfo Hitler


Los libros del gran dictador de Timothy W. Ryback:
Adolf Hitler quemaba libros… y leía El Quijote, Robinson Crusoe e incluso a Shakespeare. Timothy Ryback, el autor de esta obra, nos descubre que una interpretación particular del poema dramático de Ibsen, Peer Gynt, moldeó la ambición despiadada del dictador alemán, y que admiraba El judío internacional, el tratado antisemita de Henry Ford, de lectura obligatoria para los miembros de su partido. Ryback muestra cómo las lecturas de Hitler sobre religión y ciencias ocultas alimentaron su creencia en la providencia divina, y el proceso por el cual las palabras de Nietzsche se metamorfosearon en los infames lemas nazis. 
Hitler tenía la sana costumbre de acabar las veladas con un libro y una taza de té, asegurando que llegaba a leer uno por noche. En el primer volumen de Mi lucha aseguraba que “leer no es un fin por sí mismo, pero sí un medio para un fin”. Atesoró una colección de más de dieciséis mil volúmenes, muchos de los cuales pasaron a ser botín de guerra de soldados aliados; los que sobrevivieron se encuentran repartidos como los mil doscientos que podemos encontrar en la sección de libros raros de la Library of Congress o los apenas ochenta de la Universidad de Brown. Si bien muchos de estos libros son regalos o libros dedicados, Ryback ha encontrado unos cuantos ejemplares subrayados y anotados, porque parece claro que buena parte de las horas de lectura de Hitler estaban marcadas por el estudio, según Ryback, en un intento de compensar un déficit cultural provocado por tener que abandonar la escuela a los quince años.
La destructiva ideología de Hitler se formó en buena medida a partir de los libros de su biblioteca privada, que Ryback rescató de su olvido en la sección de libros raros de la Biblioteca del Congreso, en Washington. Durante más de seis años de investigación, el autor ha analizado cientos de esos libros y estudiado minuciosamente —incluido el hallazgo de una hebra del bigote del dictador— las abundantes notas manuscritas, signos y garabatos de Hitler que contienen. 

Timothy Ryback sigue el rastro de las frases e ideas que Hitler incorporó en sus propios escritos, discursos, conversaciones, defi niciones de sí mismo, y que se traslucen en sus acciones. El análisis de las lecturas de Hitler se convierte así en una forma de leer al propio Hitler: su mente, sus obsesiones, su evolución y su inseguridad intelectual, que no palió la abundancia de libros de su biblioteca. 

Un estudio brillante y original sobre las lecturas preferidas de Adolf Hitler y el modo en que moldearon su personalidad y su ideología.
Timothy Ryback

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