domingo, 23 de marzo de 2014

10 libros eróticos que no puedes dejar de leer

Muchas leyeron el éxito mundial Cincuenta sombras de Grey, pero no es el único. La literatura erótica suma títulos que vale la pena indagar. Para estimularte, para robar ideas o, simplemente, para pasar un buen rato: una guía con los imperdibles.

Cualquier mujer que se autoreconozca como fanática de la lencería, los juegos sexuales y la cosmética sensorial debería tener en su mesita de luz un libro erótico. Quien sabe de eso es Mariela Tesler Hansen, así que armó para Entremujeres un listado de los 10 títulos imperdibles:

El huracán lleva tu nombre, de Jaime Bayly
Es una singular historia de amor, dolorosa y gozosa a la vez. La heroína, Sofía, fascina por su capacidad de amar y el original antihéroe, Gabriel, expone al lector su conflicto a través de una sinceridad a veces hilarante y a veces conmovedora. Una novela que no va a dejar a nadie indiferente.

Memorias de una geisha, de Arthur Golden
De la mano de Sayuri entraremos un mundo secreto dominado por las pasiones y sostenido por las apariencias, donde sensualidad y belleza no pueden separarse de la degradación y el sometimiento. En este mundo, las jóvenes aspirantes a geishas son duramente adiestradas en el arte de la seducción. Su virginidad se venderá al mejor postor y tendrán que convencerse de que, para ellas, el amor no es más que un espejismo.

Cincuenta sombras de Grey, de E. L. James
Es una novela erótica publicada en 2011. Narrada en gran medida en Seattle, es la primera entrega de una trilogía que describe la relación entre una recién graduada de la universidad, Anastasia Steele, y un joven magnate de negocios, Christian Grey. Se destaca por sus escenas explícitamente eróticas, con elementos de las prácticas sexuales que involucran bondage/disciplina, dominación/sumisión y sadismo/masoquismo.

El otro lado del sexo, de Valérie Tasso
La autora de Diario de una ninfómana es toda una autoridad en materia de sexo. Estas y otras experiencias se recogen en este itinerario por las prácticas eróticas menos conocidas y sorprendentes.

Cartas eróticas, de James Joyce
Es la recopilación de la correspondencia íntima que mantuvieron el autor de Ulises, James Joyce, y su esposa, Nora Barnacle. Su publicación estuvo prohibida por sus descendientes hasta enero de 2012, dado el tono perverso de estas cartas.

El amante de Lady Chatterley, de David H. Lawrence
Es una de las primeras obras maestras de la literatura erótica. Durante mucho tiempo se vendió una versión censurada, pero ya se puede conseguir completa.

El affaire Blackstone, de Raine Miller
Ethan Blackstone es un hombre rico, sexy y protector. Dirige su propia compañía de seguridad privada y está inmerso en la organización de los Juegos Olímpicos 2012. Brynne Bennet es una chica americana con un pasado que la aterroriza y por el que recibe tratamiento psicológico. Es una trilogía que contiene erotismo, sexo, control y misterio que hace imposible detener su lectura hasta llegar al final.

El límite del placer, de Eve Berlin
¿Hasta dónde estás dispuesta a llegar para conocer los límites de tu placer? Para la protagonista de esta novela, Dylan Ivory, el control lo es todo. Ella lleva una vida organizada, segura, estable, sin riesgos… Hasta que se encuentra con Alec. Este hombre es todo lo contrario a ella, pero es todo lo que realmente quería ser.

Bajo las sábanas, de Kristina Wright
Este libro reúne 17 relatos en los que colaboran los mejores autores del género: Sylvia Day, Donna George Storey, Heidi Champa, Delilah Devlin, Saskia Walker, Justine Elyot, Kate Pearce, Erobintica y Nikki Magennis. Son historias de parejas que deciden llevar a cabo sus fantasías más atrevidas, que huyen de la monotonía o que buscan la complicidad de una tercera persona.

Siete años para pecar, de Sylvia Day

En esta oportunidad, la autora explora el deseo y la intimidad de una forma reveladora. La historia trata de un joven que se ve obligado a vender su cuerpo a cambio de dinero. Una muchacha recatada es testigo de este acto, y siete años más tarde se reencuentran para calmar la atracción que surgió en ese momento. En ese encuentro descubren que esperar valió la pena.

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