Querido 'profe'
"Querido maestro, querida maestra:
¿Quién no recuerda a sus profesores?
Piénsalo cada vez que veas esos ojitos mirándote desde su pupitre. Sólo necesitan una guía. Un modelo, alguien que les anime a seguir adelante sacando lo mejor de ellos. No culpándoles por aquello que no se les da bien. Eso ya se lo hará ver la vida. Lo que necesitan es alguien que les diga: "Claro que puedes hacerlo."
Me gustaría hacerte ver que cada niño, igual que los adultos, es diferente. Por lo que tratarlos a todos de la misma manera sería un error tan grande como tratar de atrapar las gotas de lluvia con un tamiz.
Y que, como sabes, estás trabajando con personitas muy influenciables. Una sola palabra, una idea que les transmites, brotará dentro de ellos, igual que aprenden un idioma con asombrosa facilidad. Esa semilla sigue extendiéndose, y lo interiorizan. Así que procura no utilizar términos que puedan hacerles daño, porque no se lo merecen.
Sé paciente, por favor. Adapta, en la medida en que te sea posible, y el sistema te lo permita, las clases para que no se frustre, y tenga que acudir a un psicólogo, con unos niveles de ansiedad altísimos porque nadie lo entiende.
Cuando tengas delante a un niño inquieto, quizá no tengas a un TDAH, si no a un futuro atleta.
Cuando tengas delante a un niño despistado, quizá no es que no te esté prestando atención. ¡Ojo! A lo mejor tienes delante a un futuro escritor que, simplemente, está imaginando sus mundos.
Cuando tengas delante a un niño que habla mucho, quizá estés en presencia de un futuro showman. Un cómico, o un actor. Mándalo derecho a clases de teatro, ¡seguro que le vendrá genial!
Si tienes delante a un niño que sabe mucho, anímale a seguir leyendo. Recomiéndale cuentos, historias, novelas, ¡lo que sea!
Querido maestro, el tiempo que pasas con esos niños para ti es muy pequeño, en proporción al resto de tu vida. Pero para ellos un año de vida es, en proporción, una parte muy importante. Así que lo que tú hagas o digas les influirá de una manera que no puedes ni imaginar. "
Mis palabras no son para esos maestros que ya hacen una labor extraordinaria con los niños, e incluso con los adultos que, por la razón que sea, tratamos con ellos. Porque son personas que inspiran y son fundamentales en la vida de un niño. Y, a ellos, les doy las gracias por hacerlo posible en un sistema rígido que les dificulta trabajar con la individualidad y el potencial de cada niño.
Texto elaborado por Uxia Domínguez
Fuente: Huffingtonpost