El Libro negro de los colores señala en su solapa: "Tomás no puede ver los colores. Estos son para él miles de sabores, olores, sonidos y emociones. Desde la oscuridad de sus ojos, Tomás nos invita a descubrir los colores sin verlos". Hay que tener el libro entre las manos para sentir algo parecido a adivinar de qué color es algo que no se ve.
"Tomás no puede ver los colores. Estos son para él miles de sabores, olores, sonidos y emociones. Desde la oscuridad de sus ojos, Tomás nos invita a descubrir los colores sin verlos", reza la descripción de El libro negro de los colores.
La propuesta atrapa y paraliza, conmueve: imaginarse a uno enrolado en la experiencia de jugar con los sentidos para adivinar a qué huelen, qué gusto tienen, qué sensaciones provocan los colores tal como lo haría un niño ciego.
El libro está entero ilustrado en relieve, acompañado por el sistema braille. En cada página hay una descripción de cada uno de los colores tal como los concibe Tomás, escrita en Braille con su traducción más abajo, y la ilustración en relieve donde "sentir" cada color.
Dice uno de los dibujos: "El color café cruje bajo sus pies cuando las hojas están secas. A veces huele a chocolate y otras veces huele muy mal."
Según las autoras Menena Cottin y Rosana Farías, así son los colores sin poder verlos, y lo que despierta en el niño protagonista cada uno de ellos.
Tomado de Diario Registrado
1 comentario:
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