sábado, 16 de febrero de 2013

Un viejo fauno

Un viejo fauna se desnuda


Ya casi piso el medio ciento,
a los gerentes no les gusta mi edad
y es tiempo de buscar otra chamba,
pronto me echarán a la calle los cacharros del «Túngar».
¿A dónde ir a parar?
¿Quién va a emplear a un tío cincuentón?

Ezra soñaba con una cigarrería,
donde acudieran prostitutas
a arreglarse el pelo ante un espejo;
el viejo Faulkner, con emplearse en un lupanar;
¿Qué mejor ocupación para un viejo anarquista?
Por favor, señoras prostitutas,
honorables cabronas,
tengan la bondad de atender este aviso importante:

«Hombre cincuentón de aire azambado,
curtido en actividades subversivas,
condenado a largos años de presidio,
sabedor de las mañas del hampa y de la poli,
ex soldado de caballería,
diestro en el manejo del arma blanca
y toda clase de armas de fuego,
sabe preparar bombas caseras de gran poder,
beber sin emborracharse,
amanecerse de claro en claro cumpliendo una consigna
o, cabalgando sin bajarse, toda una noche sobre el níspero;
poeta brevetado con libros publicados,
chofer lechucero sin ninguna papeleta, etc., etc.;
ofrece sus servicios sin pretensiones a burdel
o casa de citas de Lima o del extranjero.

Dirigirse a Restauración 160, Lima, 5. PERU»

(Poema de Leoncio Bueno, poeta peruano)

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