domingo, 29 de septiembre de 2013

Shakespeare en Twitter


¿Qué twitteará Shakespeare? 
¿A quien seguirá? 
¿Quien lo seguirá a él?
¿Escribirá tweets literarios? 
¿Estará en la red de escritores clásicos? ...?
¡Cuántas cuestiones me sugiere esta ilustración!
Y a ustedes?

(Ilustración de Denis Zilber)

Un libro para leer, cantar y fumar: "Rolling Words"

No es una publicación reciente. El libro-cancionero del rapero Snoop Dogg, Rolling Word, data de marzo del 2012 y en él reúne algunas de sus mejores letras. 


Aun así, es una publicación que es importante rescatar aquí, ya que de cierta manera está dentro del marco que se quiere mantener en este espacio.

Del tamaño de un moleskine, hojas de cáñamo punteada con un borde que se puede pegar, tintas no tóxicas y un lomo que sirve para encender fósforos, este libro tiene todas las cualidades para satisfacer una de las pasiones más conocidas del músico: fumar marihuana.
Rolling Words 1

Un libro sumamente interesante que, por el resultado obtenido, jamás se alejó de las respuestas a tres preguntas básicas (según otras personas pueden ser mucho más, quizás ad infinitum) que en todo inicio de conceptualización editorial uno se debe hacer:

1.- ¿Quiénes somos?
2.- ¿Qué queremos lograr?
3.- ¿Para quién?

En el video que acompaña esta nota, el rapero Snoop Dogg nos presenta su libro.

Texto tomado de: Imagen editorial

¿A qué edad publicaron sus obras maestras los grandes escritores?

¿A qué edad publicaron sus obras maestras los grandes escritores? Compartimos esta lista con varias de las grandes obras maestras de la literatura universal, en la cual se detalla la edad de su autor en el momento de su publicación.

Veinte poemas de amor y una canción desesperada (1924) - Pablo Neruda publicó este libro de poemas a sus 19 años

Una temporada en el infierno (1873) - Arthur Rimbaud publicó este libro de poemas a sus 19 años

Frankenstein (1818) - Mary Shelly publicó esta novela a sus 21 años

Los Buddenbrook (1901) Thomas Mann publicó esta novela a sus 25 años

La ciudad y los perros (1963) - Mario Vargas Llosa publicó esta novela a sus 27 años

La máquina del tiempo (1895) - H.G. Wells publicó esta novela a sus 29 años

El extranjero (1942) - Albert Camus publicó esta novela a sus 29 años

Crónicas marcianas (1950) - Ray Bradbury publicó este libro de cuentos a sus 30 años

Harry Potter y la piedra filosofal (1997) - J.K. Rowling publicó la primera novela de la saga a sus 31 años

La metamorfosis (1915) - Franz Kafka publicó este relato a sus 32 años

La guerra de los mundos (1898) - H.G. Wells publicó esta novela a sus 32 años

El ruido y la furia (1929) - William Faulkner publicó esta novela a sus 32 años

Poeta en Nueva York (1930) - Federico García Lorca publicó este libro de poemas a sus 32 años

El guardián entre el centeno (1951) - J.D. Salinger publicó esta novela a sus 32 años

Alicia en el país de las maravillas (1865) - Lewis Carroll publicó esta novela a sus 33 años

Fahrenheit 451 (1953) - Ray Bradbury publicó esta novela a sus 33 años

La isla del tesoro (1883) - Robert Louis Stevenson publicó esta novela a sus 33 años

El corazón delator, El gato negro (1843) - Edgar Allan Poe publicó estos cuentos a sus 34 años

Madame Bovary (1856) - Gustave Flaubert publicó esta novela por entregas a sus 34 años

En el camino (1957) - Jack Kerouac publicó esta novela a sus 35 años

Las flores del mal (1857) - Charles Baudelaire publicó este libro de poemas a sus 36 años

Doctor Jekyll y el señor Hyde (1886) - Robert Louis Stevenson publicó esta novela a sus 36 años

El llano en llamas (1953) - Juan Rulfo publicó este libro de cuentos a sus 36 años

El perfume (1985) - Patrick Süskind publicó esta novela a sus 36 años

El arcoiris de gravedad (1973) - Thomas Pynchon publicó esta novela a sus 36 años

Orgullo y prejuicio (1813) - Jane Austen publicó esta novela a sus 37 años

Guerra y paz (1865) - León Tolstói publicó esta novela a sus 37 años

Un mundo feliz (1932) - Aldous Huxley publicó esta novela a sus 38 años

Pedro Páramo (1955) - Juan Rulfo publicó esta novela a sus 38 años

Ulises (1922) - James Joyce publicó esta novela a sus 40 años

Cien años de soledad (1967) - Gabriel García Márquez publicó esta novela a sus 40 años

Veinte mil leguas de viaje submarino (1869) - Julio Verne publicó esta novela a sus 41 años

Por el camino de Swann (1913) - Marcel publicó esta primera parte de En busca del tiempo perdido a sus 42 años

El principito (1943) Antoine de Saint-Exupéry publicó este relato a sus 42 años

Rebelión en la granja (1945) - George Orwell publicó esta novela a sus 42 años

Crimen y castigo (1866) - Fiódor Dostoyevski publicó esta novela a sus 45 años

Ficciones (1944) - Jorge Luis Borges publicó este libro de cuentos a sus 45 años

Los detectives salvajes (1998) - Roberto Bolaño publicó esta novela a sus 45 años

Crónica del pájaro que da cuerda al mundo (1994) - Haruki Murakami publicó esta novela a sus 45 años

1984 (1949) - George Orwell publicó esta novela a sus 46 años

Esperando a Godot (1953) - Samuel Beckett publicó esta obra de teatro a sus 46 años

El nombre de la rosa (1980) - Umberto Eco publicó esta novela a sus 48 años

Ana Karenina (1877) - León Tolstói publicó esta novela a sus 49 años

La montaña mágica (1924) - Thomas Mann  publicó esta novela a sus 49 años

Rayuela (1963) - Julio Cortázar publicó esta novela a sus 49 años

Drácula (1897) - Bram Stoker publicó esta novela a sus 50 años

El lobo estepario (1927) - Hermann Hesse publicó esta novela a sus 50 años

Niebla (1914) - Miguel de Unamuno publicó esta novela a sus 50 años

El Aleph (1949) - Jorge Luis Borges publicó este libro de cuentos a sus 50 años

El viejo y el mar (1952) - Ernest Hemingway publicó esta novela a sus 53 años

La insoportable levedad del ser (1984) - Milan Kundera publicó esta novela a sus 55 años

Lolita (1955) - Vladimir Nabokov publicó esta novela a sus 56 años

Don Quijote de la Mancha (1605) - Miguel de Cervantes publicó esta novela a sus 58 años

Fausto (1807) - Goethe publicó esta obra a sus 58 años

El amor en los tiempos del cólera (1985) - Gabriel García Márquez publicó esta novela a sus 58 años

Los miserables (1862) - Victor Hugo publicó esta novela a sus 60 años

El señor de los anillos (1954) - J.R.R. Tolkien publicó esta trilogía de novelas a sus 62 años

La fiesta del chivo (2000) - Mario Vargas Llosa publicó esta novela a sus 64 años

El evangelio según Jesucristo (1991) - José Saramago publicó esta novela a sus 69 años

Ensayo sobre la ceguera (1995) - José Saramago publicó esta novela a sus 73 años

Post en base a texto publicado en Guía Literaria

miércoles, 25 de septiembre de 2013

La semana de los libros prohibidos

La semana de los libros prohibidos es un evento anual que tiene lugar en Estados Unidos, para reivindicar la libertad de leer. Es cierto que en Estados Unidos existe la libertad de expresión, y, en principio, uno puede publicar un libro sobre lo que le de la gana. Pero eso no impide que determinados grupúsculos hagan presión para censurar determinadas obras, o para retirarlas de escuelas y bibliotecas (en algunos casos, consiguiéndolo, recuerdo una polémica sobre una biblioteca que retiró los libros de la trilogía de Grey).

Entre el 22 y el 28 de septiembre de este año, tiene lugar de nuevo esta Semana de los libros prohibidos, que quiere hacer hincapié en la importancia de prevenir la censura y asegurar el acceso de cada persona a cualquier libro, sin importar lo poco ortodoxo o poco popular que sea.

Aunque lo de libros prohibidos suena al pasado, o a países bajo regímenes dictatoriales, en Estados Unidos, solo durante el año pasado, hubo 464 intentos(registrados) de restringir o retirar determinados libros de escuelas y bibliotecas, y más de 17.000 desde 1990, según informa la American Library Association.

De hecho, recientemente un senador de Alabama ( Bill Holtzclaw) reclamó la prohibición del libro ‘Ojos azules’, pidiendo su retirada de bibliotecas y de la lista de lecturas recomendadas para alumnos de bachillerato, pues el libro “no tiene ningún valor ni finalidad”. Se trata del primer libro de Toni Morrison, una autora ya consagrada y ganadora (entre otros) del premio Pulitzer.

Esta Semana de los libros prohibidos se celebra desde hace 30 años, y cada año se suman más bibliotecas y librerías, organizando eventos diversos para reivindicar el fin de la censura, y montando stands con una selección de libros polémicos. Una de las acciones que se realizan cada año es la lectura virtual de extractos de libros que se han intentado censurar, leídos por lectores normales y corrientes, pero también por autores reconocidos y por famosos de otros ámbitos. Podemos verla en youtube.

Para haceros una idea del tipo de libros cuya distribución se intenta registrir, os dejo la lista de los libros más problemáticos durante 2012 (los que recibieron más intentos de censura). Veremos que la mayoría son libros infantiles y juveniles:

  1. ‘El capitán calzoncillos’ (colección), de Dav Pilkey. Razones: Lenguaje ofensivo, inapropiado para niños
  2. ‘Diario completamente verídico de un indio a tiempo parcial’ de Sherman Alexie. Razones: Lenguaje ofensivo, racismo, explícito sexualmente, inapropiado para determinados grupos de edad.
  3. ‘Por trece razones’ de Jay Asher.>Razones: Drogas/alcohol/tabaco, explícito sexualmente, suicidio, inapropiado para adolescentes.
  4. ’Cincuenta sombras de Grey’ de E. L. James. Razones: Lenguaje ofensivo, explícito sexualmente.
  5. ‘Tres con tango’,  de Peter Parnell y Justin Richardson. Razones: Homosexualidad, inapropiado para niños.
  6. ‘Cometas en el cielo’  de Khaled Hosseini. Razones: Homosexualidad, lenguaje ofensivo, puntos de vista sobre religión, explícito sexualmente.
  7. ’Buscando a Alaska’ de John Green. Razones: Lenguaje ofensivo, explícito sexualmente, inapropiado para adolescentes.
  8. ‘Historias de miedo’, de Alvin Schwartz. Razones: Inapropiado para determinados grupos de edad, violencia.
  9. ’El castillo de cristal’  de Jeanette Walls. Razones: Lenguaje ofensivo, explícito sexualmente.
  10. ‘Beloved’  de Toni Morrison. Razones: Explícito sexualmente, puntos de vista sobra religión, violencia.

Puedes encontrar mucha más información en la web del evento


Fuente: Librópatas

Literatura erótica: libros sobre sexo, fetiches, BDSM y hasta amor

Hasta hace tres años los libros de temática erótica eran un objeto a esconder, se envolvían con papel de periódico para ocultar sus tapas y se intentaban disimular en los espacios públicos. Hoy la realidad es que las listas de ventas de libros están disparadas gracias al fenómeno 50 sombras de Grey (Grijalbo), y desde entonces las editoriales y plataformas de venta como Amazon o La casa del libro han hecho visibles las secciones 'Literatura erótica'.

El sexo explícito, las técnicas sadomasoquistas -o BDSM (bondage, disciplina y sadomasoquismo), que suena mejor- los encuentros carnales, casuales y un poco animales son lo que buena parte de los lectores cada vez buscan más en los libros.
En el mundo editorial, como en todos los sectores de la cultura, septiembre es el mes más esperado, no tanto en cuanto a cifras de ventas, sino para conocer los lanzamientos y novedades de cada casa. Ofrecemos una selección de los últimos libros eróticos en ver la luz.

1. Memorias del cuerpo, de José Luis Danwart (Amazon media - solo en formato digital)
Narra la historia de un escritor de novela histórica que se adentra en el BDSM y que, impactado por esta nueva forma de vivir el sexo, trata de redirigir su obra e investigar sobre la violencia, el lado castigador del hombre y la sumisión a lo largo de la historia. Primero se centra en la violencia política de los Camisas Negras italianos, coincidiendo con el ascenso al poder del fascismo de Mussolini, en los años veinte. Pero abandona esta novela y busca un clima moral más propicio donde él pueda inspirarse: la Edad Media.
A pesar de la aparición en Memorias del cuerpo de un vasto número de escenas de sexo, su autor asegura que el BDSM no es el argumento principal de la novela: "Es una crítica a la cultura contemporánea y la modernidad. Lo que se busca no es erotizar al lector, sino que persigue el símbolo y el vestigio y la supervivencia de un espíritu enlazado con la moral natural y que acepta la violencia y la crueldad como una parte de la humanidad y del carácter humano", puntualiza Danwart.



2. Inglés para pervertidos, de Venus O'Hara (Editorial Grijalbo)
Se dice que la mejor manera de aprender un idioma es a través del sexo con un extranjero. Pero ¿qué haces si estás en la cama y no sabes qué decirle? Inglés para pervertidos no es tanto un libro como una guía para aprender todas las palabras y expresiones sobre sexo que necesitas si ligas con un anglosajón, desde las cuestiones más básicas al sexo más salvaje. Este tomo de literatura erótica cuenta con ocho capítulos centrados en las partes del cuerpo, la cama, el LGBT, las compras sexis, el lado oscuro, el porno, el chat y la salud sexual.
Inglés para pervertidos es otra forma de literatura erótica, en este caso didáctica, cada capítulo contiene vocabulario, gramática y unos ejercicios muy originales. Aprende todo lo que tu English teacher no se atrevería a enseñarte nunca. Y... si te cansas de estudiar, el libro incluye un montón de fotos de Venus O'Hara, la propia autora, para distraerte.


3. Un extraño en mi cama, de Silvia Day (Ed. Esencia)
Lady Isabel Pelham y Gerard Faulkner, marqués de Grayson, son la pareja más escandalosa de todo Londres. Tienen en común una lujuria desmedida, un gran ingenio, una provocativa reputación en entredicho y, lo más importante, ninguna intención de enamorarse el uno del otro, algo con lo que tirarían por la borda su matrimonio de conveniencia. Por nada del mundo romperían esa farsa... hasta que el destino aparta a Gerard del lado de Isabel.
Cuatro años más tarde, el marqués de Grayson regresa a casa. Isabel se encuentra con que el pícaro joven se ha convertido en un hombre poderoso e irresistible que está decidido a seducirla.

Texto tomado de: ZoomNews

martes, 24 de septiembre de 2013

Primera feria del eBook de Buenos Aires

La primera feria del eBook se realizará el 5 de octubre de 2013, bajo la consigna «Traé tu pendrive o dispositivo móvil, mandate los eBooks a tu mail». Habrá venta y exhibición de libros digitales, lecturas, charlas y espectáculos. Con entrada libre y gratuita.

La feria tendrá lugar en Luis María Drago 236, en el barrio de Villa Crespo de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Se trata del primer evento de este tipo en nuestro país. Habrá eBooks a la venta y de regalo. Algunas de las editoriales que participarán con sus títulos: Los-proyectos, Determinado Rumor, Blatt & Ríos, Hoja de Trabajo, De Parado, Funesiana, Editorial Katzen, Ediciones Dani y Milena Caserola, entre otras.

Más información en facebook

sábado, 21 de septiembre de 2013

"El Burro Culto" librería que solo se accede por 'recomendación'

Pocos secretos tan bien guardados como esta librería clandestina de la colonia Condesa. Aunque es famosa entre bibliófilos y coleccionistas de todo el mundo, ni siquiera sus vecinos sospechan dónde se alberga El Burro Culto: en un amplio departamento que resguarda joyas bibliográficas, ejemplares exclusivos y primeras ediciones autografiadas por sus autores.

Toda ciudad respetable guarda un puñado de secretos. Secretos que sólo se revelan a quien sabe leer entre líneas las historias y los personajes que desfilan por sus calles. Ante esta casona de la colonia Condesa, por ejemplo, la mayoría de los peatones pasan de largo. Nada les dice esta fachada del siglo pasado, ni el restaurante de comida corrida a un costado de la entrada o el patio central tapizado de hojas secas. Seguirán con prisa su camino diario, imperturbables. El buen lector, en cambio, el que ate con paciencia todos los cabos, se encaminará corredor adentro. Descubrirá que detrás de uno de estos muros cascados, al fondo, pasando una estatua rota y unas macetas desperdigadas, se encuentra un tesoro invaluable.
En un país donde leer es supuestamente una actividad rara, cualquiera diría que una librería clandestina, cerrada al público en general, es un negocio condenado. Pocas personas saben que existe un lugar en donde pueden encontrarse rarezas bibliográficas o libros tan codiciados como primeras ediciones de Pedro Páramo autografiadas por Juan Rulfo. Menos aún son los que conocen el camino hasta aquí.
El Burro Culto es una de las librerías más prestigiosas de la Ciudad de México, pero ni siquiera los vecinos de esta vieja vecindad sospechan que uno de los departamentos de la planta baja alberga una librería tan selecta.

Los clientes, sin embargo, nunca faltan.

Ayer vino Elena Poniatowska con unos amigos —cuenta Max Ramos, dueño y guardián de El Burro Culto. Lo dice con un gesto imperturbable, como si apenas le importara. Menciona a otros novelistas asiduos, pero de inmediato aclara que los clientes más regulares no son los escritores sino cierto tipo de lectores, aquellos que se han especializado en un tema o han cruzado la delgada línea entre el gusto y la adicción: bibliófilos consumados para quienes el libro es ya un vicio, un fetiche, el objeto de su deseo.

Max presume con orgullo su refugio. Hace ya 12 años que este librero con barba de candado y cabello oscuro concibió una librería donde los clientes pudieran estar a solas, revisar los volúmenes con calma, tomar un café o una copa de vino y conversar sin interrupciones. Un espacio donde el objetivo fuera consentir al lector. Así lo dicen las puertas intervenidas con pinturas llenas de motivos literarios, los títeres que cuelgan de las vigas del techo, los innumerables detalles que sorprenden en cada habitación. Después del recorrido de rigor, Max hace una pausa. En su rostro aparece por primera vez una sonrisa.

Explica que sólo se puede entrar con cita previa. “Se llega sólo por recomendación. No hay otra forma. Y pasa algo curioso: todos mis clientes presumen mi librería, pero casi nunca comparten la dirección o mi teléfono, son celosos”.

Librero desde hace 14 años, Max conoce su trabajo. “Hay muchas, muchísimas maneras de leer, no sólo libros sino cualquier cosa”, dice. Así como hay quien devora periódicos o quien lee algoritmos matemáticos, el oficio de Max lo obliga a leer a los lectores, sus potenciales clientes. Cualquiera que cruce el umbral de alguna de sus librerías será sometido a una clasificación inmediata: “Allá va un Cortázar, ése de allí es El Principito, el hombre gordo es un diccionario Larousse, ella es la Alicia de Lewis Carroll, éste es claramente un Dostoievski”.

Si el secreto se guarda bien, ¿cómo llegan entonces los nuevos clientes?
Antes de responder la pregunta, una mueca socarrona brota en la cara del dueño de El Burro Culto. Se hunde en el sillón de piel al lado de su escritorio y sus ojos se desorbitan, divertidos, al tiempo que junta sus manos, en un gesto solemne. Parece recién salido de algún cuento de Edgar Allan Poe. Da un sorbo largo a su café antes de revelar el truco: “Todo lector es curioso por naturaleza  y un buen lector hará lo imposible por saciar su curiosidad”.

Max Ramos vivió sus primeros años en un mundo oscuro. Huérfano de padre, su madre regenteó un prostíbulo durante mucho tiempo. No le asustaba el crimen, la delincuencia lo seducía. Todavía recuerda con cariño el viejo negocio de la carne y la violencia que conlleva: el maltrato físico y los insultos a las mujeres que no cumplían con la cuota, las noches largas en donde lo prohibido se exhibía con desparpajo.

Hasta que la policía comenzó a perseguir a su familia. Mientras la madre de Max huía de la justicia, él y sus seis hermanos fueron inscritos en internados semi militarizados. Un cambio drástico. La milicia, con su estricta —y diurna— disciplina, lo volvió huraño. Sólo en la biblioteca se sentía a salvo. Nadie visitaba ese lugar lleno de polvo, excepto un viejo misionero jesuita que pronto asumió la tarea de enseñarle a leer y escribir a aquel candidato a rufián. “Yo era una pequeña bestezuela. Si los libros no hubieran llegado a mí, seguro me hubiera dedicado al vandalismo, al crimen”. La biblioteca, después de que la hubo ordenado y limpiado,  se convirtió en su guarida.

—Veía todo ese desorden y me desesperaba. El librero tiene que entender que a los libros hay que doblegarlos —dice con la voz endurecida. Su mano se cierra como si con el puño demostrara su autoridad—. Porque sucede que los libros no se definen, andan saltando de un tema a otro, jugando a que son ensayos y cuentos al mismo tiempo.
Como Borges, Max cree que “ordenar una biblioteca es ejercer de un modo silencioso el arte de la crítica”. Un juez indulgente y cruel, un domador, eso debe ser un librero. Porque los libros no sólo cambian de sitio a cada tanto, como si tuvieran vida propia, sino que suelen ser engañosos, aparentar más de lo que en realidad son, inflarse con las modas editoriales. Max aún no sabía eso, pero su ruta ya empezaba a dibujarse.

Al egresar del bachillerato se inscribió en la carrera de Literatura Dramática y Teatro en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. La licenciatura lo ayudó a volverse un lector aún más meticuloso y a emprender su primera aventura comercial: vender revistas pornográficas a sus compañeros y maestros para solventar sus estudios.

Pronto conocería el curioso mundo de las librerías de viejo y entendería que en esta ciudad el reciclaje no es sólo una actividad ecológica. Más que el número de impresiones, el mejor parámetro para medir la trascendencia de un libro son las veces que éste cambia de mano, a pesar de los años: “El mismo ejemplar de Pedro Páramo, por contarte un caso, ha regresado más de cinco veces a mis librerías”, asegura divertido.

Sólo después de aprender a juzgar y valorar los libros, clasificarlos y darles un lugar en la historia, el librero entiende que su verdadera labor, más allá del comercio, es resguardar el conocimiento. La fortuna que se almacena aquí, en El Burro Culto, sería basura en manos de otros. Son libros que deben mantenerse en perfecto estado hasta que encuentren un nuevo y siempre temporal dueño, aunque nadie visite o pregunte por ellos en décadas.

—Nuestro deber no es con los lectores, sino con los libros —dice Max y enseguida explica que no le importa ser hostil con los clientes que no le simpatizan, los que no tienen idea de por dónde comenzar a buscar—. La gente a veces me pregunta: “¿Qué me recomienda?”… Yo no tengo por qué recomendarle nada a nadie, es como hurgar en su ropa interior. “¡No sea perezoso! ¡Haga la talacha! Ahí están los libros, vaya y vea qué carajos le acomoda. Yo no soy ningún profesor, aprenda usted a construirse a sí mismo”, les digo.

El techo está tapizado de fotografías, separadores, cuentas de banco y recados inconclusos. Resulta fácil perderse horas mirando las postales, las servilletas con frases sueltas, los boletos de avión que ahora regocijan a los curiosos. El Hallazgo es la primera librería que abrió Max Ramos. Ubicada en un pequeño local también en la colonia Condesa, con una amplia selección de poesía y literatura hispanoamericana, en sus 40 metros cuadrados se levanta como una especie de museo de lo cotidiano.
—Analizar esto debería ser una tarea para un sociólogo —comenta Max, divertido de que cada una de sus librerías cuente con una personalidad distinta—. Porque en los libros queda también registrada nuestra manera de leer. Uno puede rastrear la historia entera de una persona analizando su biblioteca.
A un obsesivo como él, le es fácil identificar si los libros que llegan a sus manos fueron leídos por un adolescente, por un hombre maduro o por una anciana. Los rastros de comida entre las páginas, la conservación de las pastas, las frases subrayadas con pulso tembloroso o firme son elementos que también pueden descifrarse como un texto paralelo. Lo más valioso es lo que el libro guarda entre sus páginas: un recibo del gas, una carta de amor, esas huellas que han sido fijadas al techo o a los muebles de El Hallazgo.
Hace 14 años que Max inauguró esta librería. Con apenas 7 mil volúmenes, su idea ya entonces era vender libros especializados. Estaba entusiasmado. A los pocos días un reportero le pidió una entrevista. La última pregunta fue contestada sin miedo y así fue publicada: “¿Cuáles son los libros más valiosos que tienes y cuánto cuestan?”.

—Los primeros visitantes fueron los ladrones —se queja hoy, ya sin pesadumbre—. Esa misma semana entraron a la librería. Se llevaron miles de pesos en tesoros bibliográficos imposibles de recuperar.
No caería dos veces en el mismo error. Por eso la dirección de El Burro Culto, donde ahora guarda sus reliquias más costosas, no es pública y rehúye nombrar sus libros más raros: “Los libros más extraños son los que aún no tengo, los que están perdidos y no he encontrado”, evade. Sin embargo, accede a hablar de los que ya se han ido, los que ya no resguarda.

—Un  ejemplar de Cien años de soledad autografiado por su autor (Gabriel García Márquez) puede venderse en 12 mil pesos, porque es un libro muy apreciado. Pero sólo si está en buen estado. Si le falta la portada, no importa que sea una primera edición, firmado y dedicado a Octavio Paz, pierde el 90 por ciento de su valor.

Habla luego de un Tratado sobre el sable, escrito por Mariano Arista —ex presidente de México de 1951 a 1953— ilustrado con grabados muy detallados. O Cartas de un tipógrafo yanqui, que reproduce las notas del tipógrafo que editó, bajo amenaza de ser fusilado, la Carta de Independencia de Perú y la Constitución peruana en 1816. O un rarísimo ejemplar titulado Indumentaria mexicana, el primer libro explicativo de la zona maya, escrito por un coronel belga, con grabados de  Antonio de Castañeda: “Sólo se imprimieron 200 ejemplares en el mundo. Uno era nuestro, fue vendido en 85 mil pesos”.

Fue posiblemente el sueño más extraño del que Max Ramos haya despertado. En él, todo aparecía bajo colores fríos. Una llama verde brillaba en el centro de la habitación. En medio del fuego, sin consumirse, una persona leía de pie un libro con pastas gruesas. El librero admiraba el gesto beatífico, la paz que emanaba de aquel lector etéreo, pero cuando levantó los ojos de las páginas y lo miró de frente, Max despertó de golpe.

Años después abrió la librería Jorge Cuesta en la colonia Juárez. En el recinto, que hace tres años servía aún como refugio y templo a gitanos católicos sin hogar, hoy se levantan enormes libreros. La disposición ha sido respetada y se intenta conservar el carácter religioso del lugar. Al centro, la escultura de un hombre en posición de flor de loto que emerge de un libro gigante recibe a los visitantes.
—Es el hombre que soñé: San Librorio, el santo patrón de los libros y protector de los lectores —explica Max y enseguida cuenta su historia—. Creemos que la lectura es un acto sagrado. Por eso decidimos crear este santo. Le mandamos hacer su estampa y tiene su propia oración, que repartimos en las iglesias de la zona. Cada año, en el aniversario de la librería, le hacemos una procesión y lo llevamos a recorrer el barrio.

Nuevamente, los libros aparecen como objetos de veneración. Si ellos fueron los responsables de alejarlo de la vida del crimen, hoy no encuentra nada extraño en rendirles tributo. Su vida está llena de pequeños rituales alrededor de los volúmenes que resguarda. Asegura que debajo de las duelas de El Burro Culto, la librería de la que se siente más orgulloso, ha enterrado un baúl con los libros más importantes de la literatura mexicana. Allí están, sellados herméticamente, dice, primeras ediciones de novelas de Carlos Fuentes, Juan Rulfo, Fernando del Paso, Mariano Azuela y otros de sus favoritos. A un lado de su cava, Max ha almacenado 10 novelas de escritores contemporáneos que piensa leer hasta dentro de 15 años: “Para ver si con el tiempo, como el buen vino, cobran mejor sabor”.


—¿Cómo te surtes de estos materiales sui generis? ¿Dónde los encuentras?
—Ya te lo dije: el librero no es mejor que un carnicero. Yo no soy un samaritano para dar luces a los que están en la oscuridad —en el rostro de Max se asoma una ligera soberbia. Sus labios, una línea recta, emiten un suspiro como para subrayar el resto de su respuesta—. Si una viuda me vende la biblioteca de su esposo en 500 pesos, yo no tengo porqué quitarle su ropaje de ignorancia y explicarle que tiene una maravilla que vale cien veces más de lo que me pide. Le doy sus 500 pesos y me llevo todo.



Su materia prima es el conocimiento impreso, pero es la ignorancia de la gente lo que permite que el negocio sea rentable. Los ejemplares llegan solos: señoras que venden libros que ya no combinan con el color de sus muebles, estudiantes necesitados que intercambian un lote entero por un solo libro, personas despechadas que no quieren saber nada de su ex pareja y se deshacen de malos recuerdos, caseros que incautan los bienes de un huésped que no ha pagado la renta, hijos que heredan la biblioteca familiar y no saben qué hacer con ella.

—Quien es buen lector quiere que sus libros sigan circulando, que no terminen en la basura. En El Burro Culto tenemos dos clientes con quienes hemos hecho un trato: ellos tienen derecho a llevarse hasta 10 libros por bimestre, sin pagar nada. La condición es que, al morir ellos, toda su biblioteca sea resguardada aquí. Está por escrito.
Max piensa a menudo en su propia muerte. No quiere dejarle problemas a nadie. Hace años que compró, con sus primeras ventas, los servicios de una funeraria. Ya no le asusta la posibilidad de morir pero le preocupa lo que suceda con su acervo. A sus 43 años, no tiene hijos a quienes dejarlo. ¿Quién limpiará y ordenará todos estos libros?, ¿quién les dará su valor justo?, se pregunta con la mirada desencajada. Toma uno de su escritorio, lo hojea y se pierde unos segundos en sus páginas. Vuelve a revisar quién hizo la traducción, el prólogo, el año y el lugar de impresión. Con sólo pasear sus ojos por las letras su rostro se serena. Suspira.

Afuera, en la ciudad, llueve sin tregua. El rumor del agua parece también formar parte de un libro, el mejor de todos, aquel que Max se empeña en encontrar antes de que el tiempo se le acabe.

Texto tomado de emeequis

jueves, 19 de septiembre de 2013

La soledad del lector

Este libro ha sido muy recomendado en blogs y medios impresos. A mi parecer, nunca la opinión pública lectora había acertado tanto. Frases desperdigadas sin aparente conexión. Una estructura monótona pero eficaz. Todo lo que el libro se propone lo logra con inmediata sencillez: la maravilla duradera y la depresión absoluta. Una de las obras más tristes que he leído.

*


Todas las épocas son contemporáneas.

*


No prestes atención a las críticas de aquellos que nunca escribieron una obra notable.


*


¿Por qué al Lector le entristece darse cuenta de que es casi seguro que nunca vaya  a saber cuál resultará ser el último libro que lea en su vida?

MARKSON, David. La soledad del lector. Buenos Aires: La bestia equilátera, 2012.

Texto e imagen tomado de El Nictalope

¿Sabías qué...


Archivo fotográfico del congreso del Perú

El Congreso de la república del Perú, ha publicado, en su página web,  el Sistema de Archivo Fotográfico, que contiene fotografías del año 1968 al año 2004. 
Son fotografías que permiten al usuario visualizar imágenes históricas del Parlamento peruano. 
Para la búsqueda de las fotografías, presenta un buscador amigable y con campos que ayudan a precisar la búsqueda.
Este es el formato de búsqueda de fotografías, que podemos utilizar para ubicar imágenes por año, por nombre de personas y se recomienda usar "Por palabra".
Se sugiere citar al congreso de la república como autor de las fotografías, respetando el derecho de autor. 

martes, 17 de septiembre de 2013

Beneficios infinitos de la lectura

La lectura tiene beneficios infinitos, especialmente si se comienza a experimentar a temprana edad, por eso ofrecemos algunas herramientas para los padres en el papel de motivadores de sus hijos, sean niños o adolescentes.

Frases como “leer es bueno” o “¡hay que leer!” se repiten entre adultos, reiteradamente, y se exigen a los niños sin mayor explicación. Sí, leer es bueno para todos, más aún si se comienza a temprana edad, pero pocas veces nos detenemos a pensar en el porqué. Quizás, si comenzáramos por tener claro su importancia, sería más fácil inculcar el hábito a nuestros hijos pues, más que como un deber de padres, lo haríamos con una convicción natural.

Al ser individuos cada quien vivirá la experiencia lectora de forma diferente, pero al estar en etapa de formación, niños y adolescentes son susceptibles a sus beneficios. Para los más pequeños, leer puede facilitar el aprendizaje en un amplio sentido, desde comprender nuevas palabras y significados hasta procesar situaciones desconocidas. 

No es lo mismo mostrarle el abecedario a un pequeño y decirle que debe aprenderlo, que invitarlo a leer Abecedario temerario (Camelia Ediciones), libro que cuenta una historia a través de las letras. Tampoco será igual decirle a un niño de cinco años que pronto se le aflojarán los dientes porque está creciendo, que leer juntos Un diente se mueve (Ediciones Ekaré),que cuenta la experiencia de una niña que muda su primer diente. 

Los beneficios de la lectura también se relacionan a mejorar la concentración, ejercitar el cerebro, desarrollar habilidades lingüísticas, imaginación y empatía, descubrir emociones y relajar cuerpo y mente. Si un niño lee, puede mejorar su desempeño escolar –y, posteriormente, profesional-, ampliar su vocabulario y desarrollar el pensamiento lógico; también puede adquirir conocimientos sobre otras culturas y formas de vida, lo que se traducirá en el despertar de nuevos intereses.

Al tener claro el papel de la lectura en el aprendizaje, y en la vida misma, seguramente los padres querrán asumir la labor de mediadores para fomentar la relación entre niños y libros. En esta misión hay que tomar en cuenta un gran detalle: ningún amor nace de forma espontánea ni por imposición. Para un pequeño de seis años escuchar; “leer mejorará tu vocabulario”, puede ser igual a un montón de palabras sin mucho sentido, y si le dice a un chico de 13 años: “¡tienes que leer!”, es probable que se dé la vuelta y termine rechazando cualquier acercamiento literario. Motivar es la palabra mágica y en eso tiene que ver el entorno.

Es difícil que su hijo lea si jamás ha visto a sus padres con un libro en las manos; recuerde que la imitación es una de las bases del aprendizaje durante la infancia. Si no hay libros a su alcance, tampoco será fácil que el niño se interese en leer. Armar, poco a poco, una pequeña biblioteca, es una alternativa que, además, lo motivará al poder involucrarse directamente. El cuento de las buenas noches sigue siendo una de las maneras más sencillas de incentivar en los niños el gusto por las historias, así el pequeño ya haya aprendido a leer.
Por último, es necesario que los padres sean consecuentes en su labor de promotores de lectura. Esta es una labor de tiempo que requiere un esfuerzo constante pero que, al final, dará grandes resultados para toda la familia.

Primeros pasos
Podemos comenzar la lectura desde la primera infancia. Tal vez algunas madres sientan que están perdiendo el tiempo al leerle en voz alta a su bebé porque este “mira para otro lado y no presta atención”. No hay de qué preocuparse: es una reacción normal. En esta etapa se trata de una lectura perceptiva en la que el niño no decodifica letras, sino que lee con el cuerpo a través de sensaciones y así va descubriendo el mundo a su alrededor.

Para los bebés hay libros adecuados a sus “necesidades”: pequeños formatos, material resistente a mordiscos y temas sencillos que tienen que ver con la exploración, como la serie sobre el elefante Élmer (Fondo de Cultura Económica). Más adelante se puede optar por historias sencillas protagonizadas por animales humanizados, como las de la serie Sapo (Ediciones Ekaré). En estos primeros años, las historias también pueden ser poemas, canciones y hasta inventadas por papá y mamá.

Un libro para cada edad
En cada etapa convienen lecturas con ciertas características. A medida que van creciendo, los niños irán eligiendo historias más complejas y temas diferentes. Si no estás segura de cuáles son los títulos más acordes a la edad de tu hijo, puedes recurrir a espacios como Tin Marín. Esta es una librería virtual en la cual puedes recorrer detenidamente su catálogo, clasificado por edades, autores y editoriales, y comprar lo que desees, desde tu casa.

Rincones de encuentro
Promover la lectura en nuestros hijos es una labor que puede trascender las paredes del hogar y para ello hay espacios ideales como el Banco del Libro. En esta institución, constantemente, realizan actividades para niños como La hora del cuento; también disponen de un Club de lectura, servicio que permite a sus jóvenes socios llevar a casa cuentos y novelas durante un tiempo determinado.
También en el Banco del Libro o en la Ludoteca de Los Palos Grandes organizan, eventualmente, el Rincón del bebé, espacio de lecturas y “patuques”. Asimismo, librerías como Kalathos, Sopa de Letras, Lugar Común y algunas Nacho cuentan con rincones acondicionados especialmente para que los niños toquen, revisen y lean. Las ferias de libros que se realizan a lo largo del año en diferentes ciudades del país también cuentan con pabellones infantiles. 
Foto: @rofacio, abril 2013


Lecturas cómplices
Al acercarse la adolescencia o si ya se está viviendo esta etapa de cambios, descubrimientos y emociones a flor de piel, quizás no sea tan fácil la comunicación entre padres e hijos, menos al insinuarles que lean. Dice la promotora de lectura Linsabel Noguera que el acercamiento puede surgir a partir del intercambio.
“Intercambiar experiencias sobre una misma lectura crea una complicidad a la que es difícil decir no. Leer en voz alta un párrafo que en especial nos ha gustado, o –mejor aún- en el que de verdad necesitamos el apoyo de las referencias más contemporáneas con nuestro adolescente, afianza ese vínculo de lectores-cómplices”, afirma Noguera.

La libertad a la hora de elegir también es importante. Los gustos del adolescente pueden ir desde revistas hasta cómics o poesía. Los clásicos pueden ser un buen comienzo, como los universales Moby Dick, El conde de Montecristo y Rebelión en la granja, o los locales Piedra de mar (Francisco Massiani) y Cubagua (Enrique Bernardo Núñez). Muchos de estos clásicos también se consiguen en versiones ilustradas.

Las novelas gráficas son ideales porque combinan lo literario con lo visual: Sin la sombra de las torres (Art Spiegelman), Persépolis (Marjane Satrapi) y La invención de Hugo Cabret (Brian Selznick). Los padres también pueden buscar títulos vinculados a películas, series, videojuegos o música.
Todos los temas están permitidos; para Linsabel Noguera lo que no se debe hacer es dejar al chico sin orientación. “Toda lectura requiere un acompañamiento que nos dé ideas de qué lee nuestro adolescente porque nos permite conversar, encaminar y ofrecer textos que partiendo de la línea de su elección permitan ir escalando niveles literarios de mayor calidad y exigencia”.


Texto tomado de El Nacional

lunes, 16 de septiembre de 2013

El día B 2013

El Día de la Bibliodiversidad, que llamaremos en adelante El Día B, se celebrará en distintos países el 21 de septiembre. 
Una iniciativa que comenzó en 2010 generando un primer movimiento en Argentina, que luego se extendió por toda América Latina para llegar especialmente a Chile y Perú.

La bibliodiversidad es la diversidad cultural aplicada al mundo del libro; como eco de la biodiversidad, se refiere a la necesaria diversidad de las producciones editoriales que se ofrecen a los lectores.

Estamos todos invitados a liberar nuestros libros, a dejarlos volar hacia las manos de otro lector y otro libro llegará a ti. 


Aquí un vídeo de El Día B 2012

Y un vídeo que difundió Perú en el 2011


lunes, 9 de septiembre de 2013

En Nuevo Chimbote publicarán edición conmemorativa de "El zorro de arriba y el zorro de abajo"

Para entender el devenir del joven distrito de Nuevo Chimbote es imprescindible conocer la historia de Chimbote, y no hay mejor registro del puerto en la década del 60 que “El zorro de arriba y el zorro de abajo”, último libro que José María Arguedas escribiera y que fuera publicado póstumamente en el año 1971.

Así lo ha entendido el alcalde de Nuevo Chimbote, Dr. Juan Francisco Gasco, y los funcionarios de la comuña sureña, quienes decidieron apostar por el proyecto gestionado por el Equipo Técnico de la Felinch 2013 y presentado por la editorial Estruendomudo, la cual goza de los derechos de autor cedidos por la mismísima Sybila Arredondo, esposa de Arguedas.

“El zorro de arriba y el zorro de abajo”, novela trunca y que se halla intercalada por unos diarios personales e intimistas donde el autor refiere los tormentos que le agobiaban mientras iba escribiendo la novela, da cuenta de las consecuencias del acelerado proceso de modernización del puerto de Chimbote, motivado por el boom pesquero: la pérdida de la identidad cultural del hombre andino y su degeneración moral al sucumbir ante los vicios de la ciudad, en bares y burdeles.

Esta edición conmemorativa por el centenario del natalicio de Arguedas, publicada mediante el Fondo Editorial Municipal, será presentada en la 6° Feria del Libro de Nuevo Chimbote (Felinch 2013) “Jaime Guzmán Aranda”, coorganizada este año entre la Municipalidad Distrital de Nuevo Chimbote, el Centro Cultural Centenario y Siderperú-Gerdau, que se realizará del 9 al 17 de noviembre en la Plaza Mayor, e incluye un dossier con las fotografías que Arguedas tomó en Chimbote como parte de su investigación para escribir “El zorro de arriba y el zorro de abajo”.

Además, el editor de Estruendomudo, Álvaro Lasso, precisó que están haciendo las gestiones correspondientes para que el libro se presente también en la Feria del Libro “Ricardo Palma” en la capital e incluso se ven grandes posibilidades que se pueda presentar en la Feria Internacional del Libro de Santiago de Chile, ciudad natal de la esposa de Arguedas, Sybila Arredondo.

La publicación del libro incluye además una serie de capacitaciones para profesores y alumnos de los colegios locales en inducción y motivación a la lectura, las que se realizarán en el marco de la Felinch 2013.

Por primera vez después de casi medio siglo habrá una edición local de “El zorro de arriba y el zorro de abajo”, la obra literaria más importante de Áncash y una de las más trascendentales de la literatura peruana, que le costó la vida al propio Arguedas, quien dijo que Chimbote "es la ciudad que menos entiendo y más me entusiasma. ¡Si ustedes la vieran!".

Información tomada del perfil de Cola de lagartija

domingo, 8 de septiembre de 2013

"Habla bien m..."

Solo un piurano fue capaz de decirle "mierda" a Mario Vargas Llosa, cuando el autor de "Conversación en la Catedral" ya lucía el Premio Nobel de Literatura.
Esto me viene a la memoria porque acabo de leer el primer capítulo de la última novela de Vargas, ambientada en Piura. Y es que, justamente, cuando este escritor se encontraba en pleno recojo de datos para esta novela, se encontró con el Negro Barranzuela, protagonista de tan curiosa anécdota que ya conté en el periódico "El Chilalo" y que vuelvo a contar para conocimiento de otros feligreses vargasllosianos.
Resulta que Vargas Llosa viajó a Yapatera y quiso escuchar a los famosos cumananeros. Fue a la casa de uno de los mejores: el “Negro Barranzuela”. No lo encontró, pero la esposa informó que debía estar cerca. Le facilitó el número de celular y Vargas Llosa lo llamó. El diálogo fue el siguiente:
–¿Aló? ¿Con el señor Fernando Barranzuela?
–¿Sí? ¿Quién habla? –preguntó el Negro, con voz zumbona.
–Soy Mario Vargas Llosa
–¡Habla bien, mierda! –contestó el Negro pensando que era un palomilla tomándole el pelo. 
Vargas Llosa, un poco risueño, tuvo que explicar que era cierto y Barranzuela, avergonzado, no sabía qué hacer para resarcir tamaña osadía. Es que el Negro jamás pensó que un Premio Nobel le eche una llamadita.


Texto tomado de facebook de Jorge Tume

martes, 3 de septiembre de 2013

Malala inaugura en Birmingham una biblioteca con más de un millón de libros

Malala Yousafzai, la niña paquistaní que sobrevivió a disparos de los talibanes por defender la educación femenina en su país, inauguró hoy una biblioteca en Birmingham (centro de Inglaterra), que cuenta con más de un millón de libros. 

Malala, de 16 años, vive actualmente en esta ciudad inglesa tras ser trasladada desde Pakistán, donde el año pasado recibió un disparo en la cabeza y otro en el cuello, para ser atendida en el hospital Queen Elizabeth de Birmingham.

Como parte de la inauguración de este edificio, que cuenta con ordenadores, teatros, una galería para exposiciones y salas de música, Malala entregó su copia de "El alquimista", del brasileño Paulo Coelho, el último libro que entró en las estanterías.En la ceremonia, la niña, que recibió el carné de socia, dijo que Birmingham es "muy especial para mí porque fue aquí donde me sentí con vida siete días después de que me disparasen".

Malala también expresó su agradecimiento a la población de Birmimgham por su apoyo moral tras su llegada a la ciudad."Esto prueba que la ciudad me quiere y yo la quiero también", dijo.El pasado 8 de febrero, la adolescente recibió el alta definitiva tras someterse a diversas operaciones en las que se reparó uno de sus oídos y se le instaló una placa de titanio en el cráneo.

Texto e imagen tomado de: La Información

La lectura se vuelve híbrida, con multipantallas, libros digitales y la nube

La tecnología está revolucionando el hábito de la lectura, que se convierte en un fenómeno híbrido, con el repunte de un lector que alterna, para un mismo relato, tanto el libro convencional como el digital, en cualquiera de sus múltiples pantallas, dependiendo del lugar y del momento del día.
La tecnología está revolucionando el hábito de la lectura, que se convierte en un fenómeno híbrido, con el repunte de un lector que alterna, para un mismo relato, tanto el libro convencional como el digital, en cuaquiera de sus múltiples pantallas, dependiendo del lugar y del momento del día.
La variedad de dispositivos de lectura (e-Readers, tabletas, teléfonos móviles "inteligentes"), junto con la proliferación de bibliotecas digitales y la capacidad de almacenar datos en la "nube" están transformando la forma de leer.
Los múltiples aparatos de lectura animan, por ejemplo, a iniciar un libro físico en casa y proseguir en la calle, ya que la tecnología permite desde multitud de pantallas retomar la página exacta en la que se quedó el lector y continuar leyendo.

Incluso desde un teléfono móvil "inteligente" se pueden leer "unas pocas páginas en la sala de espera del médico, en el aeropuerto o en la cola del autobús, y aprovechar así tiempos muertos".

Así lo ha explicado el responsable de la división de gestión de publicaciones y tecnologías en España de la consultora GfK, David Pemán, quien ha asegurado que "muchas plataformas de libros digitales permiten la lectura continuada multidispositivo".

Aunque Amazon ha recordado que no da datos de ventas, "la aceptación del público español" respecto al uso de sus dispositivos Kindle de lectura "está siendo mucho mejor de lo esperado, y eso que las expectativas eran muy altas", ha indicado la responsable de adquisición de contenidos de Kindle España, Koro Castellano.

Ha destacado las ventajas de los dispositivos de lectura electrónicos: evitan cargar con libros y permiten llevar en un solo aparato cientos de ellos; además dan opción para aumentar el tipo de letra y buscar la traducción de algún término.
Asimismo, permiten subrayar, compartir párrafos en redes sociales o comprar al instante un libro.
Las mismas fuentes han explicado que los clientes que compran libros electrónicos son muy diversos. Por un lado, todos aquellos "lectores empedernidos que devoran un libro tras otro y disfrutan al llevar consigo parte de su biblioteca", pero también esos admiradores de la tecnología que buscan gran portabilidad y tienen un estilo de vida dinámico".

También las personas mayores los encuentran "muy útiles" porque permiten ampliar el tamaño del texto facilitando la lectura.

Texto tomado de: Terra